REDES SOCIALES: POSIBILIDADES DE UNA EDUCACIÓN DEMOCRÁTICA Y CRÍTICA
En el mundo de las aulas,
nadie va a discutir las oportunidades que abren las TIC, pero sabiendo que lo
verdaderamente decisivo es su función de recurso y herramienta para llevar a
cabo procesos de enseñanza y aprendizaje, en el marco de la propuesta
curricular que se planifica y diseña para ser puesta en práctica.
Este tipo de tecnologías
favorecen enormemente nuevas formas de crear, acceder, distribuir, recibir,
leer e intercambiar: textos, imágenes, películas y sonidos; utilizar y construir
hiperenlaces entre esas imágenes, sonidos y textos. Lo que, de la mano de un
profesorado bien preparado, va a posibilitar la transformación de una
institución tradicionalmente dedicada a reproducir información -en un buen
montón de casos, desfasada-, en productora de saber, utilizando la expresión de
Colin LANKSHEAR y Michele KNOBEL (2008, pág. 200).
Unas herramientas que
pueden contribuir a hacer factible que el alumnado vaya abandonando una
mentalidad escolar, que Chris BIGUM denomina, "puerta de frigorífico"1.
O sea, cada estudiante realiza la tarea que le encarga el profesorado;
seguidamente es evaluado y este trabajo ya puede llevarse para casa, donde
podría "publicarse" temporalmente en la puerta del frigorífico, de
manera especial si es un dibujo. Esta tarea escolar, tradicionalmente, no versa
sobre un problema real que le interese o preocupe al alumnado; ese conocimiento
reproducido en tales folios no tiene por finalidad resolver dudas o necesidades
reales, sino más bien cumplir un requisito para aprobar esa asignatura y poder
pasar al curso siguiente.
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